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miércoles, 8 de junio de 2016

Cosas que nadie me contó acerca del arte de tejer

Buenas.
Aquí estoy, volviendo a la vida 2.0 (mejor no pregunten).
No traigo fotos de proyectos, porque últimamente hay pocos y los pocos que hay se van rápido a sus nuevos hogares...
Traigo algo reflexivo, inspirado en algún post que leí por ahí...

Aprendí a tejer cuando tenía 5 o 6 años, mi bisabuela (si!) me enseñó los puntos básicos en crochet (la muy guanaca se guardó unos secretos y aún hoy no encuentro ese punto hermoso que hacía). Hacía trabajos pequeños, para procticar. Pero no practicaba todos los días y no importaba demasiado si el trabajo no era perfecto.

Ahora que he vuelto a tejer con más frecuencia, y volviendo la vista atrás, pienso en dificultades que no supe resolver y nadie me daba una respuesta satisfactoria. Adquirí hábitos quizás no demasiado buenos y otros los resolví de manera más o menos satisfactoria. En cualquier caso, me hubiese gustado que alguien me aconsejara... Todo habría sido más fácil. Y no estoy hablando de descifrar gráficos o cantidades de ovillos necesarias para un determinado proyecto. Estoy hablando de cosas más sutiles, e incluso de estados de ánimo.

1. La paciencia, el material imprescindible

Sí, antes que una aguja de crochet o un ovillo, la paciencia es el material que no puede faltar a la hora de tejer. ¿O ya no recuerdas la frustración de cuando aprendías a tejer? Esos puntos tan apretados que no podías enganchar el punto, o tan flojos que deforman el trabajo. El dolor de manos de sujetar las agujas demasiado fuerte, pensar que una manta se tejer en una tarde...

En el momento que pasas de ser tejedora a enseñar a otra persona a tejer, la paciencia es más importante aún. Debes animar cuando las dificultades surgen.


2. No hay una manera incorrecta de tejer

Todos tenemos una forma concreta de tejer y pensamos que la correcta, y si vemos a otra persona sujetar la aguja de otra forma, tendemos a corregirla. Pero realmente, no lo están haciendo mal. Simplemente, existen otras formas de tejer.

Hay más ejemplos: la manera de tomar el hilo, de hacer el primer punto, de usar los marcadores de vueltas...


3. Haz un ovillo con la madeja

Es un trabajo extra, lo sé, pero se evitan los nudos. Se puede tejer directamente de la madeja, pero tarde o temprano saldrán los nudos. Hay algunos trucos, como comenzar desde el interior de la madeja... A mí no me funciona.


4. Está bien no terminar un proyecto

A veces es bueno no terminar un proyecto. Te da tiempo para repensar. Sabemos que es muy frustrante deshacer un trabajo cuando no sale bien. No hay que hacer un drama. Podemos dejarlo a un lado olvidado y tejer otra cosa. Simplemente, no era el momento.


5. Puedes tejer todo lo que quieras (y con el material que quieras!)

"¡Uf!, con ese hilo tan fino no podrás tejer. Eso es muy difícil. Te vas llevar mucho tiempo".
Ignora ese tipo de comentarios. Todo se puede tejer.

6. Tejer te obliga a hacer ejercicio

Parece increíble, pero es así. No solo se trata de no pasar horas y horas sentada tejiendo. Es importante también realizar ejercicios de estiramiento para evitar problemas en las articulaciones, sobre todo de muñecas.


Gracias por pasar por aquí...

f a c e b o o k

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