Como sabrán y se habrán cansado de leer por ahí, la totora (o trapillo como le dicen en España) es descarte textil. Es decir, el aprovechamiento del sobrante de telas, cortado en tiras más o menos finas.
Más facil: la totora es tela. Puede ser de algodón (más o menos puro, más o menos mezclado con diversas fibras), de gasa o seda, de modal, sintético...
Básicamente es tela, por lo tanto al cuidarlo (limpiarlo) hay que tratarlo como un objeto de tela.
Sabemos que los bolsos materos, por ejemplo, andan por cualquier superficie. Viajan a la playa, se van de pic-nic o la pileta. Por lo tanto se ensucian con pasto, arena, tierra, derrames de mate o gaseosa, migas... Todos los etcéteras que se te ocurran. ¿Cual es el punto de esto? ¡¡Lo podés lavar en el lavarropas!! Eso sí, en un ciclo delicado (mediano a corto, con agua fría).
Podés usar cualquier tipo de jabón, líquido o en polvo, pero no le agregues cloro o blanqueadores (resecan la fibra y le acortan la vida útil).
Se puede centrifugar en el lavarropas, pero no es recomendable meterlo en el secarropas, ni mucho menos estrujarlo porque se deforma.
Para secar, lo podés colgar a la sombra (si es un bolso, colgalo de las asas) o apoyar sobre un tender y que se seque planito y estirado.
¡No lo planches! No hace falta, y el calor directo sobre el tejido es dañino.
f a c e b o o k
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